Crear un plato de comida precisa de muchos recursos naturales y supone un costo energético. En empresas como la nuestra, aminorar el excedente alimentario es un objetivo de gran importancia, porque empleamos para confeccionar nuestros menús cantidades significativas de materia prima y energía. Por eso trabajamos con energía solar en nuestras instalaciones de producción y por eso controlamos celosamente el excedente alimentario.
Reducir el excedente empieza por ajustar el uso de recursos a las necesidades reales de consumo. Pero, pese al cuidado profesional con el que gestionamos esta responsabilidad, y aunque nos esforzamos por minimizar el posible excedente, cocinamos alimentos de calidad y en perfecto estado que no llegan a la mesa del colegio, la empresa o el hogar. Por eso colaboramos para que esos alimentos lleguen a personas que, por cualquier circunstancia, necesitan de la solidaridad de la comunidad.
Estas son las cifras en lo que va de año: en este ejercicio hemos entregado 4492 comidas, que equivalen a 1236 kg. La conversión de estas cifras: 30.164 metros cuadrados de masa forestal salvada (menor demanda de producción agrícola), 4891 kg de CO2 aprovechados, 3,576.680 litros de agua no desperdiciados.
Nuestro compromiso es seguir trabajando en una doble dirección: producir poco excedente y aprovecharlo al máximo cuando se produzca.