Licenciado en Biología y con un Máster en Seguridad Alimentaria, Marco Gorostiaga es becario en prácticas desde hace cuatro meses en el Departamento de Calidad de Gastronomía Baska. Hablamos sobre la actividad que desarrolla en la empresa durante este tiempo y su visión sobre temas de actualidad referidos a la alimentación.

¿Qué labor realizas en Gastronomía Baska?

Colaboro en el Departamento de Calidad y llevo a cabo un trabajo que comprende una amplia gama de controles y muestreos en los procesos de trabajo: manipulación de alimentos, recepción de materias primas, expedición, transporte, producción, etiquetados, control de temperatura e higiene en las diferentes secciones (conservación, procesado, elaboración, mantenimiento…), controles de agua, aceites…

¿Por qué elegiste Gastronomía Baska para realizar el máster?

Me decanté por Gastronomía Baska porque me gusta su filosofía, su manera de hacer las cosas.

¿Cuál es la parte de tu trabajo que más te gusta?

Lo que más me gusta es que cada día es diferente. Si bien hay unas planificaciones periódicas, semanales y mensuales del trabajo, no hay horarios determinados para cada labor.

¿Has notado un gran salto de la Universidad al mundo laboral?

El salto es enorme. En la universidad nos hablan de teoría, conocimiento e investigación, pero no te enseñan a tratar con proveedores, clientes, con los compañeros, en definitiva no se adecúa a la realidad. Solamente las prácticas en empresas que realicé, tanto en la Universidad como en el Máster, te van introduciendo en el funcionamiento real de las empresas.

¿Por qué te has especializado en la seguridad alimentaria?

Es una disciplina relativamente nueva, una especialización de la tecnología alimentaria, que me interesa mucho. Con una legislación cada vez más estricta, garantizar la calidad y seguridad de los alimentos que llegan al consumidor es una gran responsabilidad y un gran reto.

El pasado diciembre entró en vigor el nuevo etiquetado alimentario ¿ayudará a mejorar la seguridad alimentaria?

El etiquetado de los alimentos es muy importante y, precisamente, es una de las labores en las que colaboro en Gastronomía Baska, donde hay que supervisar el envasado y etiquetado de alimentos en condiciones de máxima calidad y seguridad.

La nueva normativa que regula el etiquetado de alimentos detallará con una mayor exhaustividad la composición de los alimentos, ofreciendo más información al consumidor e incluyendo, por ejemplo, de forma obligatoria los 14 alérgenos más comunes.

¿Cómo ves la alimentación en el futuro?

No veo muchos cambios para el futuro. Tal vez haya una mayor presencia de productos ecológicos, aunque deberán ajustar su precio para lograr una mayor competitividad. Sin duda, será una alimentación más sana pero seguirán utilizándose sustancias como los aditivos que, a pesar de su mala fama, que ayudan a conservar los alimentos y alargan su vida.

¿Habrá una mayor presencia de productos de proximidad?

Se camina hacia una mayor presencia del producto de proximidad. De hecho, la Unión Europea está aprobando normativas con el fin de favorecer los productos propios frente a los de fuera. Los pequeños agricultores y ganaderos se agruparán aún más en marcas para mejorar su rentabilidad y defender la calidad de sus productos e intentar ser más competitivos en el mercado.

¿Y una agricultura sostenible?

Esto es más difícil. En una sociedad de consumo como la nuestra, la demanda de productos que se producen a cientos o miles de kilómetros seguirá existiendo. Es una cuestión educacional y que, además, cada uno tiene que valorar.

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