
Hablamos con Pedro Santamaría Marín, responsable del comedor del Colegio de Educación Infantil y Primaria Uribarri de Bilbao, con motivo de su próxima jubilación. Este riojano de nacimiento, aficionado a la pintura, nos habla de su satisfactoria experiencia como encargado del comedor escolar, labor que compaginó también durante bastantes años con la enseñanza y la dirección del centro.
¿Cómo ha evolucionado el servicio de comedor escolar desde que se incorporó al Colegio en 1983?
Es completamente diferente. En los años 80 había muchos menos alumnos en el comedor escolar, en torno a 80-90, y actualmente el 98% del alumnado utiliza este servicio. Además, el comedor ha pasado de ser gestionado por el Ayuntamiento de Bilbao a un servicio de gestión directa proporcionado por la empresa Gastronomía Baska, en el año 2001,que nos ofrece menús variados y equilibrados, diseñados por dietistas y supervisados por el Gobierno Vasco, adaptados a las necesidades especificas de los niños. De hecho, este servicio se ha convertido en una fortaleza del centro que se traduce en un mayor número de matrículas.
¿Cuántos menús se sirven diariamente en el centro?
En torno a 200-205 menús diarios. Hay que tener en cuenta que se incluyen también los menús con dietas especiales destinadas a alumnos alérgicos al huevo, a los frutos secos, lacto vegetarianos, a niños musulmanes…
¿Cómo se organizan los alumnos en el comedor?
Tenemos dos turnos de una hora en el comedor debido a lo limitado de su capacidad. El primero de doce y media a una y media, con niños hasta los 8 años, y de una y media a dos y media, con niños de 8 a 12 años. Mientras come un turno el otro está en actividades extraescolares que organizan los padres o en el patio.
¿Cuáles son las funciones de un responsable de comedor?
Cada inicio de curso hay que organizar el funcionamiento del comedor. Abarca tanto temas económicos y administrativos como organizativos. Organizo los turnos y voy asignando el personal de monitoraje de comedor proporcionado por Gastronomía Baska y hacemos un seguimiento y control del funcionamiento del comedor y de los alumnos. Como último responsable, soy el encargado de ponerme en contacto con los padres si se produce alguna incidencia. A lo largo de estos últimos trece años hemos formado equipos bien coordinados y el resultado ha sido muy gratificante. Hemos trabajado en un clima de confianza y compañerismo los monitores, el equipo de cocina y Gastronomía Baska, facilitando mi labor en el centro.
¿Qué labor pedagógica se lleva a cabo en los comedores?
Los monitores de cada grupo son perfectamente conscientes de las posibilidades educativas del Comedor como espacio pedagógico que complementa a las aulas.
Les inculcan valores relacionados con la higiene, el respeto a los demás, la socialización y hábitos saludables. Hay un calendario de actividades que llevan a cabo las el personal de monitoraje repartido a lo largo del curso en las que se van marcando objetivos de acuerdo a las diferentes edades. Como responsable, estoy muy satisfecho de cómo hemos ido afrontado todos los problemas y contratiempos que se nos han ido presentado a lo largo de todos estos años. Todos hemos colaborado codo con codo, aportando iniciativas, intercambiando pareceres, proponiendo soluciones, en una ambiente de camaradería.
¿Los padres son claves para infundir en los niños unos hábitos saludables en la alimentación?
Para conseguir imbuir en los niños unos hábitos saludables es importante la coordinación entre monitores, profesores y los padres, es un trabajo conjunto. Siempre que hablo con los padres les subrayo la importancia de su aportación en esta tarea. Recogemos y valoramos cualquier sugerencia de los padres y les informamos puntualmente de las actividades que realizamos en el comedor. Además, en los menús que reciben trimestralmente incluimos las recomendaciones de las cenas diarias para conseguir una dieta equilibrada y saludable.
¿Qué vas a echar de menos después de tantos años trabajando en el colegio y que destacarías de tu labor?
Para mí el colegio ha sido una continuación a mi familia. Me voy muy satisfecho con el trabajo realizado en el centro, a veces complicado pero reconfortante y, por supuesto, lo echaré de menos. De mi actividad como responsable de comedor, destacaría la estrecha colaboración con Gastronomía Baska durante los últimos 13 años, que nos ha ayudado a superar contratiempos y nos ha apoyado en todo momento. En definitiva, una valoración muy positiva.